Rodolfo Sánchez Garrafa J. del O. ¾ Hola hermano L. B., sabes bien que los espíritus extraviados y otros entes kármicos nos persiguen y hay veces que nos agarran desprevenidos. Tú sabes de mis gestas heroicas, lo digo sin falsa modestia, también has asistido a las horas en que hasta los más valientes hoplitas sucumben de impotencia. He vencido, sigo venciendo es cierto, pero a qué costo. Por eso, me pregunto como el filósofo de Röcken-Lützen: “¿Cómo pude soportarlo? ¿Cómo curé y superé semejantes heridas? ¿Cómo resucitó mi alma de esos sepulcros? Sí, en mí hay algo invulnerable, insepultable, algo que hace estallar las rocas: se llama mi voluntad. Silenciosa avanza e inalterable a través de los años”. La silenciosa isla de los sepulcros. “Así habló Zaratustra” F.W. Nietzsche. J. del O. ¾ Buenos días hermano L. B.: Al fin decido compartir contigo una mirada mía, muy íntima, de los avatares que nosotros los seres filosofantes nos empeñamos en examinar de una manera que para otros e...
J ulio Gilberto Muñiz Caparó TIERRA es la simbología ecuménica de MADRE. Su fuente principal es la mujer, porque mujer y tierra cumplen exitosamente las altas tareas que les encomienda la naturaleza. Por eso, en el Mundo Andino, a la Tierra, se le conoce como Pachamama, su deidad amada y respetada. Pacha, quiere decir: universo, mundo, tiempo, lugar; y, Mama es la palabra divina que encarna el concepto de fecundidad con generosidad. La Pachamama es un Ser que produce, engendra, fecunda y distribuye las estaciones. Es, como diría Silvio L. Haro, “la madre de todas las cosas”, concepto cosmogónico universal que dice: “Todas las cosas tienen madre”. Con su energía de vida, la Pachamama, abona, enriquece, alimenta, fortalece, cura dolores y guarda generosamente al hijo que retorna. Si para el mundo andino la tierra es una deidad dadora de vida, para la humanidad lo es también la mujer concebida con la virtud de ser madre y con la enorme responsabilidad de criar, porque de sus en...