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En torno al poema HOLOS del poeta Alejandro H. Villagra


Martín Rodó
Abril, 2020. Santiago de Chile.

El poema HOLOS del poemario Insurrección de Heliópolis, escrito por Alejandro H. Villagra* y pronto a ser editado en el Cuzco por Atoq Editores (junio, 2020), trae consigo el palpamiento de la naturaleza de nuestras ignorancias, nuestros miedos, nuestra existencia; ante toda la bestialidad de la vida que sucede en cada instante y que es transmitida para un mundo que expectante espera una cura al miedo. En este periplo cada cual, con sus pertrechos o lo acumulado, escribe una huella, un secreto que detenga la caída al precipicio. La alerta al sueño que se escapa entre los Andes y su selva rodeada de sierra y mar. El SOL ha escrito en su alma la inmortalidad, búsqueda hasta el final del Ojo Dorado de Dios (una imagen tomada del gran Trackl), un “fénix inteligente volando hacia su fin”.
En el caos que ha vivido el verso, la búsqueda final absoluta de la razón lógica será el reencuentro con el amor verdadero. Pues, a pesar de todo el desorden, lo imperfecto, siempre hay una esperanza, ligada a lo racional, a lo que nos hace volar. El Κόσμος es el viaje por una lírica que despierta al ojo inteligente entre versos verdaderos de amor sólido y puro. En el caos o Χάος persiste lo más sublime: la Madre. El poeta ve en ella el universo y la creación poética, el sostén de toda su existencia; le duele estar lejos de ella, pero orgulloso le canta al oído entre los vientos andinos que está viajando, viviendo, creciendo, buscando la perfección, y se siente capaz porque fue nacido de mujer, esa fuerza lo inspira a viajar y crear.
Para el poeta la Madre es la naturaleza en su totalidad y le pide a ella en un canto la inmortalidad. La poética de estos versos es un mensaje y es una forma de entender este viaje de la vida que tiene que expirar en algún momento de su historia. La poética de Alejandro H. Villagra está ligada a sus estudios, a su trabajo, a la investigación, lo que le ha dado una cosmovisión del mundo, tal vez por ello ha comprendido que este universo está realmente vivo para él, lo que queda claro en el trabajo aquí comentado.



HOLOS
Poema de Alejandro H. Villagra

A mi Madre

Κόσμος
La perspectiva integral de una humanidad perdida
en el sueño de milenarismos prometidos, está en mi mente:
la vocación de observar lo externo a cambio de reconocer lo interior.
Época oscura en la cual nadie cree, y esencialmente la soledad
de individuos que reproducen la misma oscuridad que juraban combatir.

Cosmos que se reconstruye en el espacio intrínseco de la creación,
que nace inocuamente de la nada
y culmina su ciclo en un todo incoherente.

Desde el interior de las flores salvajes,
ascendiendo rápidamente por conductos geológicos,
heredando la materia oscura y la propia paradoja del salto al tiempo,
dominando el cielo ardiendo:
Fénix inteligente volando hacia su fin,
argonauta desesperado dirigiendo su nave al abismo,
antimateria posesionada de persistencia tenaz.

Símbolo rotante que se despliega en aquella bandera digna:
estrella celeste que surge de tu mitología incandescente,
bravura a grupa de caballo rebelde,
meteoro del silencio que destruye todo a su paso
dejando huellas de briznas, hongos y peumos.

Alrededor del Sol todo comienza nuevamente a reconstruirse.
La energía se reúne con la luz y las paradojas ya descritas
reinician arcaicas sesiones de sabios en torno al reloj multiversal,
nuestros cuerpos tiemblan de placer ante el último instante del amanecer.
La actividad incesante y febril nos llama al sacrificio
y las voces emergen del interior de la república uterina;
nuevas generaciones de iluminados van dispuestos al otoño triste
de la victoria humana.

El amor duele como clavos en las manos.

Esta flecha envenenada es la historia escrita acerca de pueblos al borde de la muerte;
esta bala es el objeto negro que desde el interior del cerebro se difunde y se disuelve;
esta espada metida en el centro del corazón humano es el pecado capital total,
cuchilla mercenaria que corta las venas del antiguo continente.

La lealtad es puesta a prueba bajo guerras de alta intensidad
desarrolladas en el núcleo vivo del humanismo secreto;
prueba de elevado afecto que se despoja de matrices y órganos fisiológicos imprescindibles.
Quirúrgico retiro del alma ensangrentada y gangrenada.
Dolor inquieto que, como viento de huracán, se ensaña con una débil aldea humana.
Corriente del mar sujeta a oleajes de intervalos cósmicos. Asteroide congelado.
Maternidad semejante a un hombre-esposo muerto / y viceversa.

No debemos temer ante el Umbral Divino:
hay que aventurarse hasta el final del túnel.
Pilotar hasta el final absoluto de la razón lógica.
Internarse en el cuerpo mismo de lo innominado y lo expansivo.
Observar sin temor el Ojo Dorado de Dios que se abre
                                                                             ciertamente, Trackl. 

Cosmos en mis ojos, en mis oídos, en mi boca.
Creación incesante, todo desorden en regresión, re-orden de lo imperfecto,
pulsión hacia la esperanza de los árboles en flor,
la libertad enraizada en mi pensamiento, posesa en la enredadera venenosa
que envuelve la hondura de un corazón líquido de agua y sangre,
de amor sólido y puro.

Χάος
Madre Sublime: origen propio de toda la creación poética:
génesis irreductible que nos forma como individuos en la caverna rupestre,
momento cósmico que nos define como seres pensantes
y como sujetos plenos de indescriptibilidad humana.

¡Qué difícil es nacer cuando ya hemos salido para siempre de la Madre!
¡Qué dolor más grande se siente al estar lejos de la matria uterina!
¡Es inconmensurable el viaje desde la vida hacia la muerte
cuando caminamos solos por los bordes cuánticos de la penumbra existencial!
¡Hijos huérfanos que navegan por los mares de la soledad!

No dudéis en el espacio solar de la luz primigenia.
No dejéis sin amparo el llanto de los niños
que miran el mar esperando el regreso de sus progenitores,
pues desde las aguas vendrán con sus revelaciones.

Oh, dioses del misterio,
no desprotejáis al milagro del cuerpo humano
fusionado en dos esferas
de infancia dorada;
cada uno incluido en la
singular nave andrógina.

El llanto nos ilumina dulcemente ante el peligro de la inocencia.
Regocijaos en el aprendizaje duro de un árbol que demora mil años en madurar.
Ningún templo artificial hará crecer las flores psicodélicas
bajo el lienzo lunar de nuestra desesperación,
buscad en vuestro interior el verdadero origen del Sol materno!

Las totalidades humanas están en riesgo.
El mundo luce seco y puede transformarse en ceniza infértil.
La humanidad no puede renunciar a su dignidad.
En el mundo pletórico de promesas y anhelos
su altura depende de las totalidades:
de su espíritu, del amor y del esfuerzo de todos
los de buena voluntad.

Madre mía:
eres la creadora de esta figura de hombre siempre dispuesto a volar
y extraviarse en los cielos abiertos del vacío
o en tus senos maravillosos que alimentan este mundo.
Dame tu inmortalidad de mármol
para dignificar tu futuro de ancestralidad.
Tócame con tus marmóreas manos
y que tu caricia me haga un hombre verdadero,
un hombre anónimo y productivo.

HOLOS a mi alrededor como SOL puro
que gobierna tu reino lácteo.
Dame un solo día más en el soleado litoral
de las naves que van y vuelven
trayéndote por siempre a mí en este universo vivo.

Diciembre, 2019.
Enero, febrero 2020.


* Alejandro H. Villagra (Santiago de Chile, 1973), historiador y antropólogo, es autor de importantes trabajos en el campo de su actividad profesional. Es, por otra parte, un poeta de fina pluma, cualidad que ya se ha podido apreciar en su libro “El Sol y la serpiente” (Atoq, Cusco 2017).



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