Rodolfo Sánchez Garrafa
La magia encuentra el sonido |
Mi primer comentario brevísimo, pero convencido, fue que los versos de nuestra poeta están cargados de centellas encantadas, con las cuales ha cobrado forma un libro pulcramente editado por Fondo Editorial Cultura Peruana, impecable, atractivo, para una voz incendiada que nos despierta. Con esa carta de presentación puedo pretender decir algo más profundo en esta oportunidad.
Una
paloma cuculí, especie territorial muy familiar de nuestro ámbito costero, es
el leitmotiv del libro, la idea
fundamental que metamorfosea sosteniendo una unidad melódica. La cuculí aparece
pronto, espiando en libertad, ella misma es una fuente de clarividencia que
expande a la poeta. Nora despierta con su abrazo desde el espejo del tiempo;
los poemas imantados entran por la ventana. Nos percatamos, entonces, que la
libertad es un ave que cuida sus alas dentro del corazón, porque debe volar,
grabar el verso y volar. Incluso las torcazas ciegas cantan sin tener que abrir
el pico, escriben historias y extienden sus alas. La poesía es un canto
interior que, sin embargo, puede ser escuchado por muchos, pues en su
desprendimiento no necesita presupuesto alguno.
Espiando con su ojo añil |
Es así cómo la cuculí encarna en la propia poeta, se funde con ella, la envuelve y desenvuelve, hace que viva una sorprendente experiencia, sorprendente y constante. Claro que es difícil lidiar con este inopinado alter ego, difícil establecer cómo y en qué términos dialogar con él. Cuando la poeta cede a su semidivino requerimiento, se derrite en su fuego, se abandona seducida en la eternidad del tiempo sin medida; vive así el éxtasis, bajo hipnosis profunda, para decirnos aquello que solía callar.
En
alas de paloma, la poesía de este libro recorre una extensa geografía, a
despecho de la natural territorialidad, deambula calles sin nombre, viaja por
países lejanos, vuelve a playas memorables, vara en la urbe mórbida del
principio, merodea el paraíso. Sus temas son la conciencia de sí mismo, la
memoria, la nostalgia, la clarividencia, la voluntad, la libertad, la finitud, toda
una compleja problemática fundamentalmente existencial. He aquí unos magníficos
ejemplos:
“Como cada mañana/ en la mitad del
camino/ arrastras la nostalgia/ con sus ruedas/ tu música entra por el balcón/
llora tu trompeta” (Alone together).
“sueño un río/ crepita la luz/
brilla el ala/ graba el verso/ & calla el corazón” (Decidida &
sobrellevando).
“deambula/ mi alma/ indiferente/
desligada/ e insidiosa/ da sus pasos/ de otro modo/ de otro modo/ a otro mundo/
en estas calles/ sin nombre” (Sin mayúscula).
“Si te avergüenzan/ incendia el
abismo herido/ empuja la huella y grita/ pero no quiebres la voz” (Si te
preguntan)
“Desde el espejo del tiempo/ Con la
palabra/ y en el tono exacto/ abrí la jaula/ de la memoria/ y te dije adiós”
(Adiós).
La
poesía de Nora Curonisy es de aquellas que revelan experiencias profundas,
vivencias asumidas en su valor cognitivo. Las alas de la libertad, de cuya
posesión toma conciencia, le permiten alcanzar zonas distantes de su propia
circunstancia, penetrar en ellas y conducirnos en vuelo vertical que alcanza
ribetes magistrales: “realzo lo expulsado/ la poesía consuela mi duda” (Sin
mayúscula, p. 23), “acelerando/ el latido/ de mirada/ tan cualquiera”, donde lo
cotidiano, lo aparentemente insignificante, se hace sabiduría perfecta, (Estrategia,
p. 25), “cuando no pienso soy/ cuando soy/ confundo el río con el océano/
bloqueo los sueños/ con el viento de la vida/ en la canoa del silencio” (Mañana
pajarina, p. 30), “Pájaro que me hallaste/ Desde el espejo del tiempo/ Con la
palabra/ y en el tono exacto/ abrí la jaula/ de la memoria/ y te dije adiós”
(Adiós, p. 34), “nada/ es cierto/ como en tu jaula/ solo la libertad/ dentro de
mi corazón” (Nada, p. 41) en un canto de
autoliberación desde la propia intimidad.
Debo escribir esa historia |
Sentimientos
de nostalgia, de ausencia, dan a la vida de Nora el halo de una peregrinación, en
tanto búsqueda del reencuentro indispensable con la memoria, dentro de un
proceso que adquiere el carácter de una purificación ritual. Lo concluyente es
que la real humanidad de la poeta, al desprenderse de toda sobreestimación, acaba
venciendo a los contrastes que pudo confrontar en el curso de una vida que
valió la pena de ser vivida.
No sé si me pregunta |
Presentación en el Instituto Raúl Porras Barrenechea (Miraflores, 26.06.17). |
Concluyo, tengo que hacerlo, señalando que la fascinante poesía de Nora Curonisy es una clara muestra de que la renovación del impulso vital es posible en el ser humano, como es también posible el apuntalamiento de la voluntad y el sostenimiento de aquello que ha sido decidido más para bien, como en este caso. Para Robert Penn Warren, el celebrado literato estadounidense “En el fondo, un poema no es algo que se ve, sino la luz que nos permite ver. Y lo que vemos es la vida”. Según veo, los poemas de Nora Curonisy, sus cantos de meloda, irradian una luz que a nuestros ojos puede hacer más visible nuestras propias vidas. Qué gran logro querida poeta. Te abrazo y te celebro.
Miraflores,
26 de junio de 2017.
*Nora Curonisy Lostaunau (Lima).- Docente, licenciada en
planeamiento de la educación por la PUCP. Hermana del conocido poeta Walter
Curonisy. Escribe crónica, es fotógrafa, viajera y poeta. Ha sido incluida en Como una espada en el aire, Azul 2015,
asimismo en Esta fugacidad: Todo mi reino,
Horizonte 2016. La serenidad de los días, Ángeles del Papel Editores 2017, La tortuga ecuestre Nº 360 presenta seis poemas suyos. Aparece
también en publicaciones virtuales como Redacción
Popular de Raúl Isman, Socialismo
Peruano Amauta de Luis Miguel Anamaría y Ángeles del Papel de Alberto Jiménez Melchor. Ha vivido muchos años
en Francia. Integra y participa en el colectivo Macondo. Es miembro del Círculo
Andino de Cultura.
Acaba
de publicar su primer libro de poemas “el canto de la MELODA” (Fondo Editorial
Cultura Peruana. Lima, 2017).
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