Rodolfo Sánchez
Garrafa
Rebeca Dorich, artista
y educadora, estudió Historia del Arte en la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos. Posteriormente amplió su formación hacia la Terapia Artística en el
Centro de Arte San Lucas y obtuvo su Diploma en Educación por el Arte en la
Universidad Ricardo Palma. Cursó, asimismo la carrera de Educación en la
especialidad de Idiomas en la Universidad Federico Villarreal. En la
actualidad, sigue la especialidad de Grabado en la Escuela Nacional de Bellas
Artes del Perú.
Como artista ha participado
en exposiciones colectivas, en Lima: Galería de Arte de San Marcos, Centro
Cultural de Bellas Artes, Galería Dipinto di Blu y Fundación de Arte Renée
Navarrete; en Cuzco: Galería de Arte del Banco de la Nación y Museo Convento de
San Francisco; y, en la India: MediaFest EFL-U y Ailamma Art Gallery.
Pero,
no he tomado el computador solo para hacer un recuento de los méritos y
calificaciones alcanzados por Rebeca, asumo más bien el grato propósito de brindar
un testimonio personal de sus cualidades humanas.
Rebeca Dorich, artista y educadora peruana. |
Antes
de conocerla personalmente, tuve varios encuentros con sus realizaciones
pictóricas. Me encantaron desde un principio. Esto ocurrió hace ya varios años,
en el 2013 para ser exactos; preparaba yo, por entonces, la publicación de mi
libro de poemas Paralelo 70. Ella estuvo
de acuerdo en que utilizara uno de sus trabajos como ExLibris en mi aludida publicación
y así fue.
Descubrí
entonces, quizá debía decir descubrimos, afinidades de sensibilidad frente al
mundo y un interés compartido respecto a los saberes tradicionales como
nutrimento de nuestros propios quehaceres. En el camino Rebeca y yo hemos
tenido la oportunidad de conversar sobre expresiones contemporáneas de arte
pictórico peruano, a propósito de exposiciones en galerías de nuestro medio y
de las experiencias de amigos comunes.
En
tiempo reciente, he llegado a conocer la producción actual de Rebeca, entregada
ahora a la disciplina artística del grabado y me fue honroso escribir unas
líneas para una colección suya producida bajo el título de Elípticas en el tiempo, breve muestra de sus grabados a manera de
elípticas que evolucionan en el tiempo. Entre los hilos conductores de la
referida muestra destaca la revelación consciente de universos intuidos por la
artista y el valor simbólico específico asignado por ella a formas y signos con
los que alcanza a estructurar una visión trascendente del mundo. Me gustó tanto la muestra que no resistí el impulso de elaborar una presentación audio visual que combina imágenes y textos poéticos, fue una gratificante experiencia.
Elípticas en el tiempo, grabados que revelan universos intuidos. |
Jorge
Eduardo Eielson, ese enorme artista nuestro, escribió en su libro Vivir es una obra maestra (Ave del
Paraíso, 2003) que ser artista es: convertir un objeto cualquiera en un objeto mágico,
convertir la basura en un manto luminoso, mirar mirar mirar mirar, jugar jugar
jugar jugar. Me detengo aquí, porque creo que estos versos tienen que ver de
manera directa con la producción del libro objeto, en tanto resultado con
atributos mágicos, dado que el procedimiento artístico es capaz de conferirle
características tales que lo elevan sobre los objetos ordinarios, al punto que
la basura, el desecho puede convertirse en manto luminoso, original, admirable.
Entre
otras singularidades debo referir que Rebeca Dorich se ha interesado,
precisamente en el desarrollo de métodos sencillos de aplicación artística a la
producción de libros objeto, guardando consecuencia con su convencimiento de
que el artista debe aplicar alguna vez su saber para enseñar el ejercicio de la
magia estética, la capacidad de observar, de apreciar, de entender lo que algo
es y lo que puede llegar a ser, ese mirar subyugante que implica una
prefiguración. Admiro la trascendencia social de esa su devoción, ya que
considero que el aplicar es un proceso que va al encuentro de la belleza, una
gestación que no deja de tener su dosis lúdica.
Algunos de los
talleres en los que Rebeca participa constituyen acciones de arte para diversos
públicos: docentes, estudiantes, bibliotecarios, por ejemplo. Los participantes
reciben láminas plegables con algunos contenidos preexistentes, alrededor de los
cuales se propone espacios para intervenir. Es fascinante apreciar cómo es que
se puede generar un libro arte, a través de un proceso que permite dotar a cada
pieza de un nuevo espíritu, creando matrices de impresión sencillas y con
material cotidiano.
Rebeca se halla en este momento en la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, congregada en torno al valor del arte en la medicina, acogida por
artistas con praxis terapéutica. Una vez más comparte su carpeta viajera de
grabado: Elípticas en el tiempo (Fundación
San Rafael. Ramallo 2606. Saavedra, Bs. As.). Hasta allí, le hacemos llegar
nuestro saludo y absoluta seguridad sobre su tránsito feliz en los predios del
arte.
Una curiosidad, ¿será pariente de Rafael Méndez Dorich, el poeta vanguardista?
ResponderEliminarEn efecto la artista Rebeca Dorich nos lo ha confirmado. Rafael Méndez Dorich y Rebeca son parientes.
EliminarÉl murió en el año en que nació Rebeca y viene a ser primo de su padre. Rebeca conserva un libro sobre estética y manifiesta haber leído su poesía y de gustar de varios de sus poemas.