Rodolfo Sánchez Garrafa J. del O. ¾ Hola hermano L. B., sabes bien que los espíritus extraviados y otros entes kármicos nos persiguen y hay veces que nos agarran desprevenidos. Tú sabes de mis gestas heroicas, lo digo sin falsa modestia, también has asistido a las horas en que hasta los más valientes hoplitas sucumben de impotencia. He vencido, sigo venciendo es cierto, pero a qué costo. Por eso, me pregunto como el filósofo de Röcken-Lützen: “¿Cómo pude soportarlo? ¿Cómo curé y superé semejantes heridas? ¿Cómo resucitó mi alma de esos sepulcros? Sí, en mí hay algo invulnerable, insepultable, algo que hace estallar las rocas: se llama mi voluntad. Silenciosa avanza e inalterable a través de los años”. La silenciosa isla de los sepulcros. “Así habló Zaratustra” F.W. Nietzsche. J. del O. ¾ Buenos días hermano L. B.: Al fin decido compartir contigo una mirada mía, muy íntima, de los avatares que nosotros los seres filosofantes nos empeñamos en examinar de una manera que para otros e...