Rodolfo Sánchez Garrafa Roger Santiváñez es una persona a la que guardo gran consideración y por la que siento un especial aprecio. Por lo mismo, no me ha sido fácil tomar la determinación de examinar con algún sentido crítico, si no el conjunto de su obra poética, al menos uno de sus ya numerosos libros, pese a que las ganas de hacerlo han estado siempre presentes en mí. De la profusa producción de Santiváñez tomo el poemario Virtú (Hipocampo 2013), que corresponde a la etapa creativa más reciente del poeta y cuya lectura la ha recomendado él mismo en algún momento. No podría decir que Virtú sea el texto más representativo de la poética que aquí interesa, pero es sin duda una muestra de su ya larga evolución y perspectivas. Una voz turbadora y cierto desenfado Hay poemarios de Santivánez tales como de Antes de la muerte (1979), Cor Cordium (1995), Eucaristía (2004); y, obviamente, Heartbraker (1974), que encuentro acentuadamente asequibles a mi formación le